Ahora, llegó el momento de conocer quiénes son las seleccionadas para unirse a este selecto grupo de mujeres que tendrá la oportunidad de representar a su municipio y, posteriormente, a Puerto Rico

Luego que las seleccionadas decidan comenzar su proceso como candidatas, vivirán experiencias para su desarrollo y crecimiento tanto personal como profesional. Una vez comience su preparación, recibirán apoyo y herramientas de parte de expertos en diferentes áreas que podrán aplicar en su vida. La presentación de las representantes oficiales que participarán en el certamen 2023 se hará más adelante.

Este es el sexto grupo de jóvenes:

Karla Inelisse Guilfú

Cursa un grado de maestría en Psicología. Con su proyecto “Comencemos a Sanar” busca impactar a diversas comunidades por medio de la psicoeducación utilizando las redes sociales y ofreciendo talleres. Así también, haciendo alianzas con organizaciones sin fines de lucro que impacten positivamente la salud mental de los puertorriqueños. 

Sachelle González

Le gustaría aprender un tercer idioma como el francés ya que visualiza tener su propia línea de ropa y aspira a hacer tratos con la capital de la moda, Francia. Desea participar en Miss Universe Puerto Rico porque a lo largo de la historia es una plataforma que le da voz a la mujer. 

Carmen Angélica Figueroa Guzmán

Es estudiante de maestría en Mercadeo Digital. Le interesa incursionar en los medios de comunicación, especialmente en la televisión. Identifica el amor y la aceptación personal como claves para hacer un cambio positivo en la sociedad. 

Paola Crystal Rosa Badillo

Le apasiona ser maestra y tener en sus manos la responsabilidad de educar y ayudar a los niños de Puerto Rico a encontrar su camino para tener un futuro brillante. Considera importante visibilizar y combatir las problemáticas de género que resultan en violaciones graves a los derechos humanos. 

Neysha Mendoza Castro

Es periodista y actriz. Habla tres idiomas. Anhela incursionar en la industria del cine y la televisión anglosajona. Le preocupa que los servicios básicos sean un lujo para los puertorriqueños por los altos precios. Así también el acceso a la salud, especialmente, a la salud mental.